Seis instituciones europeas participan en Shipweld, una iniciativa que busca desarrollar un sistema de soldadura de cascos de barcos totalmente automatizado, que permita el control en línea y el ajuste de parámetros y trayectoria. El proyecto está financiado por el programa del Espacio del Área Atlántica de la Unión Europea para aumentar la competitividad de los astilleros, se encuentra en fase experimental tras dos años de trabajo y está previsto que acabe en el mes de octubre.

Con seis socios, Shipweld está encabezado por el mayor grupo privado de I+D+i de España, Tecnalia Research & Innovation; el Instituto de Soldadura e Qualidade de Portugal, las universidades de Vigo, Nantes (Francia) y Cardiff (Reino Unido), y el astillero STX France Cruise, uno de los más grandes de Europa. Con esta iniciativa se reducirán costes, acelerarán procesos, aumentarán la calidad y mejorarán las condiciones de trabajo de los operarios.

A pesar de que existen sistemas que aportan soluciones parciales, el grupo trabaja en dos prototipos para conseguir una automatización total: uno basado en un robot y otro, en un carro. Las pruebas, realizadas en situaciones reales, son las que decidirán cuál es el más adecuado para utilizar para la soldadura portátil. En este momento, se están realizando ensayos del prototitpo en Nantes para probar que el robot pueda dirigir el movimiento del radio y pruebe distintas operaciones que puedan llevarse a cabo en el barco en posición vertical, horizontal, plana y overhead.

El director del Máster en Tecnoloxías Avanzadas de Procesos de Deseño e Fabricación Mecánica y del grupo de investigación de la Universidade de Vigo que colabora con este proyecto, Enrique Ares, ha explicado que “las tareas que se realizan sobre el buque son muy complejas porque hay zonas de difícil accesibilidad o permanencia y porque la mayor parte de las operaciones se realizan en la intemperie, lo que dificulta conseguir este tipo de equipamiento”. Según Ares, los procedimientos de soldadura de los buques necesitan “un cambio significativo”, ya que la mayoría son manuales, “con una alta incerteza en la repetitividad del proceso y riesgo para la seguridad y salud de los operarios”.